domingo, 18 de diciembre de 2011

Y como el chaleco de Sicilia:

Ya estoy muy vista y muy hasta la madre...

No todos los días se tienen historias para contar, las historias no salen de la nada, la creatividad surge de la nada, sí, pero no brota a chorros como agua de manantial; y si sale como agua de manantial, no se bebe toda revolcada, hay que filtrarla y hasta purificarla. Vamos, implica una labor extra.

No todos los días hay cositas sucias para decir, ni todos los días se tienen ganas de cositoensuciar.
Hay días que son anodinos, hay semanas anodinas que se convierten en meses anodinos; y entonces de la nada surge una idea, un algo, y uno se mece en esa idea abrazándola por el tiempo que resista, como la tela de la araña donde se columpian los elefantes.

Luego de casi 3 años y muchas historias - escritas, no escritas, publicadas, no publicadas, imaginadas y reales-. Esta señora tiene que seguir su rumbo y andarse por otras carreteras. Esta señora está cansada de arañarse con la vida, de tironearse hasta revolcarse sin ensuciarse.

Yo qué sé si vuelva a escribir una historia, es muy probable. Lo que sí estoy segura es que quiero hablar de lo que se me dé la gana, hasta de mí.