viernes, 4 de marzo de 2011

Balada para Mariana.

Desayunaba cuando escuché la noticia de que la avioneta se había caído. En ese instante supe que no era una caída fortuita y que tenía que despedirme de mis vacaciones. Acto seguido emprendí un largo vuelo de regreso a México con un gran archivo reposando sobre mi regazo. Mi jefe al despedirse sonrió malicioso y me dijo: ya venden harnés en kit de viajero.

Había seducido mujeres muchas veces, pero esta vez me especificaron que hiciera un acercamiento casual por un medio abierto: usa twitter. Agentes de la división de cibernética habían estado monitoreando y descubrieron que a la honorable le gustaba jugar al twitter con un perfil masculino, y que se acercaba a las mujeres que admitían su gusto por la "diversidad", las contactaba por mensajes privados y trababa una amistad cautelosa para luego invitarlas a fiestas swinger que organizaba en un edificio de la colonia Roma. 

Abrí un perfil ambiguo: nombre extranjero, fotos ficticias, agregué a todos los medios de comunicación, políticos y analistas, describiéndome como un persona radicada en México con especialización en estudios queer. Durante un par de semanas logré hacerme de un número considerable de twitts y seguidores, incluso, descubrí la red de amigos que ella había enlazado. 


En la convivencia diaria, más de uno dudaba sobre mi sexo y mis preferencias sexuales. Ella sola vino a mí, me envió un mensaje preguntando: ¿eres hombre o mujer?. Le respondí con mucha cautela de manera jocosa pero intrigante, desviando su atención y logrando romper el hielo. La agregué en una lista que nominé: "hombres interesantes". Siempre funciona.

En algún twitt dije que venía de una fiesta swinger, que me había tocado el rol sádico de la noche pero que siempre obtenía mayor propina cuando era sometida. Inmediamente recibí su DM, preguntando: entonces, ¿eres mujer, prostituta, bisexual, masoquista?. La manipulaba cuan perrita de Pavlov, salivando por mis respuestas. Luego de un par de semanas, le envié un DM con un correo y un link con varias fotos desnuda. Le dije que había trabajado de escort en San Francisco durante mis estudios y que radicaba en México por un tiempo, en lo que se tramitaba mi doble nacionalidad. Yo la tratraba como hombre, como un señor, era evidente que le gustaba jugar a los roles. Me respondió un par de horas después y me invitó a pasar el fin de semana a un festejo en una casa de citas. Incluso negociamos el precio.

Fui al lugar donde ya sabía que organizaba sus reuniones, estaba por ser el cumpleaños de su pareja el siguiente fin de semana. Así que hablé con la mujer que adminitraba y "amistosamente" le solicité su colaboración; a decir verdad la amenacé, le dije que estabamos dispuestos a volar el local con todos dentro haciendo parecer un crimen del narco, de los que salen en los periódicos todos los días o que podría obtener jugosa ganancia del escándalo que se iba a armar. 


Con una visible cara de disgusto me respondió: - la única diferencia entre mis putas y tú, es que las mías no se andan con tanta mierda patriotera para vender el culo, y tú le tienes las nalgas empeñadas a "tu comunidad". 
Sonreí y accedió. No podía hacer otra cosa, y mientras permitiera el acceso para la instalación del equipo, sus opiniones me las iba pasar precisamente por las nalgas. 


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Hacía bastante frío por lo que me pusé un abrigo blanco para salir pero lleva un vestido ceñido al cuerpo de color caramelo, cerrado de enfrente, a la altura de la rodilla y con la espalda descubierta, el cabello revuelto, medias old school perfectamente colocadas haciendo de la línea una vertical perfecta en la parte posterior de mi piernas y una botas perladas de charol con delicados detalles de cadenitas bordeando el tacón.

La fiesta había iniciado, reconocí a varios de los tuiteros que había contactado. 


Personajes bastante públicos tallándose las pelucas o poniéndoselas, según fuera el caso. Políticos travestidos, periodistas en trajes látex con látigos y cadenas dispuestos a recibir su castigo como si no estuvieran sometido en su día a día. Al momento de entrar una de las putas de la casa te acercaba una charola con cois y otra te acercaba una copa de morning glory. La escena del eminente personaje católico disfrazado a lo Beba Galván me remitió inmediatamente a un collage de kitsch barroco, como si el ambiente no fuera decadente.

Entonces ella se acercó y me saludó, me dijo que era mi anfitrión. Tomó mis dos senos entre sus manos, preguntando:

- ¿verdad o truco?. 
- It's a gift, le respondí.

Me viene ese primer roce como el de una mujer de rasgos endurecidos, complexión andrógina, músculos firmes, piel aceitunada y su famoso cabello crespo, así, libre, no lo llevaba atado como suele llevarlo en eventos oficiales. Acompañada de una chica algo menor que ella que me presentó como: su mujer. 

Me llevó a un cuarto oscuro, las cámaras instaladas me iban siguiendo al lugar que me dirigiera, así que pudimos tener acceso a cualquier parte donde deseara pasar el rato conmigo. Me tomó del cuello bajando su mano alrededor de mis hombros, pidiendo que me quedara quieta, rodeo mis senos con la mano rígida, apretando los pezones, buscando detectar la desnudez debajo de la tela vaporosa, recorriendo cada parte dura y blanda de mi cuerpo, se postró a mi espalda para descalzarme, desabrochó mis botas con los dientes, mientras ella me urgaba más allá de las telas que cubrían mi vientre. Despacio pero con cierta violencia, me empezó a despojar del vestido, yo subí mi pierna a su hombro para que bajara las medias, pero las acarició y me dijo que esas las prefería puestas. 

A lo lejos vi acercarse a su mujer, tranquila, sonreía; se detuvo a algunos pasos de nosotras y se sentó a observarnos; pero ella, se levantó y la tomó de la mano, la acercó y le dijo: ¿este es el juguetito que querías que te trajera a conocer?; la chica entonces se me avalanzó y nos empezamos a besar, fue Mariana quien tomó asiento en una butaca pequeña, observaba, se tocaba, mientras nosotras nos besabamos. Desnudé a su mujer arrancando la abotonadura de la blusa, rasgando con fuerza el sostén, parecía disfrutar bastante dejarse llevar, mientras metía la mano entre sus piernas, despojándose las bragas. Y yo pasaba la lengua por sus senos, subiendo por el cuello muy lentamente, hasta tocar las orejas y luego halando su cabello hacia atrás. 

Rodamos por el piso hasta llegar a sus pies. Ella, que se había quedado sentada en uno de los sillones contiguos, de pronto la vi desnuda acariciando la espalda de su chica, pasando insistentemente los dedos por la costura de mis medias. Se quedó viendo la escena un rato, tocándose, su mujer la acercó a nuestro juego, pero ella solo penetraba a su mujer, y parecía enajenada con la idea de mordisquearme los muslos, apretarlos, olerlos, saborearlos.Pasamos varias horas así, una besando a la otra, mientras la tercera tocaba a la primera. Ahora que lo pienso, aquel era un cuadro lúdico: tres mujeres rodando por el piso de cuarto oscuro.

Salí de ahí ya casi al amanecer, con mi paga en efectivo sujeta entre las medias que nunca me quité. 
*****
Afuera me esperaba un taxi que me llevó al helipuerto. No volví a revisar las cuentas de redes sociales, supe por quienes se quedaron al cargo, que había recibido más invitaciones para otras fiestas, pero con una había resbalado lo suficiente la pobre mujer.


La operación había sido un éxito, horas de archivo grabado para darle al traste al gobierno mexicano con un escándalo mayúsculo si no nos resolvía favorablemente la cuestión del avionetazo. Y no, no lo resolvieron, y como cada quien tiene que cuidar por los suyos, les dieron un ultimátum: o entregas a quien nos tumbó la avioneta o...


Hoy mis piernas cubiertas con medias de costura anterior aparecieron por todos lados, mientras yo estoy sentada en mi cama y jugueteo con ellas entre mis dedos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Y cómo se arma una explosión sin salir ardida?

Faraz Abadi, 57 años, nacido en los Emiratos Árabe y emigrado a Líbano durante los 80s, empresario, inversionista en la industria hotelera y la crianza de caballos. Pasa la mitad del año con su familia entre Londres y Medio Oriente. Padece de avanzado lupus erimatoso que por ahora lo mantiene en silla de ruedas. Y queremos que llegue vivo.

El resto de las indicaciones que me precisó eran en resumida historia: negociar el intercambio de una avioneta, facilitar un secuestro y arreglármelas sola. Así, sin más; construir un caso, organizarlo, ejecutarlo, borrar las huellas y huir. Lo de siempre.

Había pedido una baja temporal, luego de tantos años en el servicio deseaba regresar con Nonna y la tía Debbi. Finalmente, ellos eran mis padres, los únicos a quienes podía recurrir cuando el cielo se me nublaba.

Pero en la última reunión con oficiales al mando, mi padrastro al escuchar mi petición me gritó delante de toda la sala:

- No te has de largar como si nada, neshamáh. Primero vas a retribuir todo lo que la Metzadáh ha arriesgado cubriendo tu inestabilidad mental desde que te convertiste en su "huésped distinguida".
Y si tu reloj biológico es lo único que escuchas estallar por ahora, no significa tampoco que tengas una familia esperándote en Israel, eso, que te quede muy claro.

A lo que pude atinar a responder: Señor: espero entonces nuevas órdenes para terminar mi ciclo y recibir mi licencia de baja temporal. Mi familia, por cierto, vive en California desde 1993.

Luego de varios meses de espera me ha llegado ésto. ¿Y ahora qué?¿Cómo hacer para que un paralítico muerda mi anzuelo? ¿Cómo invento un truco que me lleve a despedirme de los restos de familia que me queda?

Supongo que todo es cosa de saber hacer: ¡click!

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martes, 1 de marzo de 2011

¿Me adoptas?

Como cachorrito travieso,
como gatita de alfombra,
como palomita con el ala rota,
como tortuguita de tierra,
como conejito de sombrero,
como pollito friolento,
o como las plantas del baño...

¿Me adoptas?

Y te prometo
no romper los mubles,
ni arañar manteles,
ni ensuciar el piso,
ni escarbar jardines,
y pedirte agua una vez al año.

Pero, ¿me adoptas?