jueves, 23 de junio de 2011

Azules que no me dan

Intuición: esta vez no me falles porque me derrumbas toda la estrategia...
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De cuando crees que has encontrado lo que quieres justo para este momento y no te alcanza para comprarlo; y no sabes si las vueltas de la vida se pondrán de modo para que puedas tenerlo o si la vida misma te dejará disfrutarlo.

Si me cuestiono es porque mi intuición es mucha pero mi seguridad poca.

Yo quiero todo en turquesa, le dije.

Turquesa no es un color, me respondió. Es verde con azul, para llegar al verde hay que mezclar amarillo con azul. Y por más que los mezclo y mezclo, el color se me resiste...

sábado, 18 de junio de 2011

Intersex

- ¿Qué mierda se pone en una felicitación por el día del padre?

Esas fueron mis primeras palabras cuando Nona me levantó el teléfono. Dudé en llamar a la Nona, porque eso daría pie a que me preguntara otra serie de cosas que ni yo misma me he querido plantear.

Nona se quedó callada un largo rato y me dijo: Sin duda lo que tu tía Deborah te habría dicho sería lo mejor ha sido mejor padre que yo, pero a mí con que no me traigas una lavadora el 10 de mayo...

Perdí a mi padre cuando estaba aprendiendo a escribir, creo que a excepción de hojas rayadas con plumines y pegostes de garbanzos, nunca le escribí una nota "decente". Ni siquiera de mayor tuve la sensibilidad de escribir nada con referencia a mi padre, los fantasmas hace mucho que dejaron de intrigarme. Ahora mismo me da flojera pensar que le diría a mi padre si lo tuviera cerca.

 Mi madre me cambió por un militar; el típico caso de hombre nuevo, vida nueva...

Judía, asperguer  y luego bipolar, criada desde la infancia por un travesti y una cantante de folk lesbiana. Los días hallmark en mi vida se reducen a... cumpleaños; y uno no puede ir invocando al rey David en todas las ocasiones ¿o sí?.

Me podría sentar y explicarle a la Nona que mi única motivación para escribir una felicitación por el día del padre es porque me atrae lo suficiente un hombre que conozco y tiene hijos; pero si le admito eso verbalmente la escandalizo.

Y no porque el hombre en cuestión tenga hijos, ni porque me guste un hombre, sino porque me gusta lo suficiente como para motivarme a pensar y crear una felicitación complaciente para halagar y abrir mi afecto, lo más heteronormal que mi memoria bloqueada pueda registrar.

Largo camino hasta llegar aquí, a una felicitación anodina por el día del padre. Más de treinta años para que la normalidad me absorbiera y me siga resistiendo a ser mujer y que me guste un hombre.

Nona y yo calladas al teléfono pensando en todo esto sin emitir palabras.

viernes, 3 de junio de 2011

Segunda y última lección.

Si tomas un misil y lo diriges al objetivo más cercano se luce el misil, tú no.

Tienes que hacer una lectura rápida de todos los objetivos, trazar una estrategia para reconocer al mejor, buscar el momento propicio... no dispara ni antes, ni después.

Dejar de medirte en tu propio espejo, los espejos siempre te dicen lo que quieres escuchar.

Las palabras tienen significados.

Y luego te quedaste en silencio.
Los silencios también tienen significado, pensé.

Luego yo me quedé en silencio.
Lo logré.

Y de nuevo vienen palabras pero ya sé que no significan nada.
Significa más lo que callas.

Demasiada agua.

Tengo los pies sumergidos en un río,
sentada veo correr con violencia un cauce que a su paso todo arrastra,
agazapada en un rincón que me proteja de la tormenta.

Confundo los días con las noches y sólo sé que hay demasiada agua.