miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Y cómo se arma una explosión sin salir ardida?

Faraz Abadi, 57 años, nacido en los Emiratos Árabe y emigrado a Líbano durante los 80s, empresario, inversionista en la industria hotelera y la crianza de caballos. Pasa la mitad del año con su familia entre Londres y Medio Oriente. Padece de avanzado lupus erimatoso que por ahora lo mantiene en silla de ruedas. Y queremos que llegue vivo.

El resto de las indicaciones que me precisó eran en resumida historia: negociar el intercambio de una avioneta, facilitar un secuestro y arreglármelas sola. Así, sin más; construir un caso, organizarlo, ejecutarlo, borrar las huellas y huir. Lo de siempre.

Había pedido una baja temporal, luego de tantos años en el servicio deseaba regresar con Nonna y la tía Debbi. Finalmente, ellos eran mis padres, los únicos a quienes podía recurrir cuando el cielo se me nublaba.

Pero en la última reunión con oficiales al mando, mi padrastro al escuchar mi petición me gritó delante de toda la sala:

- No te has de largar como si nada, neshamáh. Primero vas a retribuir todo lo que la Metzadáh ha arriesgado cubriendo tu inestabilidad mental desde que te convertiste en su "huésped distinguida".
Y si tu reloj biológico es lo único que escuchas estallar por ahora, no significa tampoco que tengas una familia esperándote en Israel, eso, que te quede muy claro.

A lo que pude atinar a responder: Señor: espero entonces nuevas órdenes para terminar mi ciclo y recibir mi licencia de baja temporal. Mi familia, por cierto, vive en California desde 1993.

Luego de varios meses de espera me ha llegado ésto. ¿Y ahora qué?¿Cómo hacer para que un paralítico muerda mi anzuelo? ¿Cómo invento un truco que me lleve a despedirme de los restos de familia que me queda?

Supongo que todo es cosa de saber hacer: ¡click!

*************

No hay comentarios:

Publicar un comentario