sábado, 15 de enero de 2011

La Gata...



De voz estudiada y dulce, dicción silbante y falsa calma. Sumamente inteligente y peligrosa. Su trabajo como espía era más temible que 10000 hombres. Una Sibila moderna muy de la flexibilidad ideológica y las acrobacias intelectuales. Siempre llevaba una beretta en el bolso y las pulseras más escandalosas que se habían escuchado por estos lares.


Y volverá muy pronto...

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